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miércoles, 2 de diciembre de 2020

MI BELÉN DE PORCELANA.

Como todos los años, ayer día 1 de diciembre empezó el mes de la Navidad, y este año no iba a ser menos.
Pausadamente, mi vista y mi brazo no me dan para más, he subido las escaleras por las que accedo al sobrado ("soberao" para nosotros), y una a una he bajado las cajas donde guardo cada año las figuras de mi Belén. 
Con delicadeza he colocado las tablas en los caballetes destinados para ellas, son más que antaño porque el año pasado añadí algunas; he depositado el serrín, y lo he distribuido cuidadosamente por encima de ellas; con papel marrón grueso he creado poco a poco los restos de las murallas almohades que he ido repartiendo por los laterales de la plataforma: con corcho blanco, he fabricado la torre, el minarete de la mezquita, el jardín y la parroquia-mezquita. He ido haciendo las casetas de las figuras que colocaré en el Belén: La pescadería, la de carne, la adivina, la costurera, la panadería, la verdulería, la taberna; haré el horno para los ladrillos, la tienda de telas, y la del chivito.
Las luces las he colocado en el techo, simulando el sol y la luna, ora luz, ora tinieblas.
He utilizado el papel de aluminio para el rio y el lago, y he colocado el puente para poder cruzarlo. He colgado la estrella en la parte de la muralla donde he ubicado el portal, y detrás adosada a la fortificación, no he tenido más remedio que pegar una foto de la Morena del Barrio de San Pedro, la Virgen de las Angustias.
Por la tarde me he entretenido en sacar las figuritas de porcelana, cuidadosamente he ido desenvolviendo cada una de ellas, poco a poco, para no dañarlas.
La primera ha sido la del sumo sacerdote del Sanedrín, después los miembros, que he ido progresivamente colocando al lado de la escalinata y que están celebrando un juicio a un mendigo que aparece subyugado; y en la puerta de la estancia coloco al revolucionario zelote flanqueado por tres guardias de corps romanos.
Ahora sale el buey y la mula que ubico en el portal junto a la muralla, y también un perrillo pequeño; ¡El ángel!, lo coloco encima de la muralla junto a la estrella.
San José, la Virgen, el niño (que siempre lo he puesto cuando he montado el portal, nunca lo he guardado para el día de nochebuena), no me parece de recibo que José y María, el buey y la mula, estén haciendo un paripé sin niño al que adorar.
Cada vez estoy más nervioso, quito la protección al alfarero y coloco su figura junto al horno de los ladrillos, voy desliando soldados romanos, guardias del Sanedrín, aparece por ensalmo, Herodes I el grande y sus sibilas, los caballos y los tres Reyes Magos; el tabernero, las costureras, el pescador, el panadero y voy colocando cada figura en su lugar correspondiente.
La vendedora de telas y su padre, los vendedores ambulantes; ¡Ohh, la pitonisa! .
Cada vez quedan menos rollos de plástico de pompitas con figuras; por cierto me tengo que acordar para el año que viene de comprar un "caganet" no hay Belén que se precie que no tenga uno.
Más soldados, un burro, chiquillos que están en posición de jugar, la vendedora de perfumes e inciensos; ya me estoy impacientando, no queda casi nada y no me encuentro, ni tampoco a la rubia del chivito.
- ¡Ah, por Dios, no me acordaba que esas dos figuras las había guardado desliadas en la cristalera de la vitrina para que lucieran en casa!
Desenrollo los últimos hatillos, borregas, chivitos, gallinas, pollos, y un sinfín de animales.
Todo está colocado, incluso las dos figuras de la vitrina, pero este maldito año 2020 solo podré ver el Belén en mis sueños, así como los figurantes que componen el elenco; todo se ha tenido que aplazar para el año que viene...
Yo seguiré cerrando los ojos el día seis, el siete, el ocho, el once, el doce y el trece para soñar con nuestro Belén Viviente, aunque este año, por mor del puñetero virus, haya tenido que sacar mi Belén de porcelana.
Feliz navidad a todos y a todas.




Foto extraída de la página de facebook

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